¡ÚLTIMA LLAMADA!
“… Antes que venga el Gran Día del Señor””
(Joel 2.28)
“Señores pasajeros, esta es la Última Llamada, preséntense inmediatamente en el portón de embarque, y ¡buen viaje!” quedo muy asustado cuando escucho ese mensaje urgente en mis viajes misioneros alrededor del mundo… y no consigo disfrazar el nerviosismo, ¡siempre sentado al frente de mi portón de embarque! ¡no puedo perder vuelos, y jamás llegar atrasado!
Parece que estoy oyendo repetidas veces, la voz del profeta Joel convocando a toda la Tierra: “Hagan retumbar la trompeta en Sión, dad silbos en mi santo monte, todos los habitantes de la tierra, y se perturben, porque ha llegado el Día del Señor… Día de tinieblas, día de oscuridad, día nublado y de torbellino…” (Joel 2.1-2).
Parezco oír, hoy, el clamor de los rabinos frente al Muro de Lamentaciones, en altos gritos: “¡Yahu, Yahu, Yahu!...”, en días sagrados junto a aquellas murallas proféticas de Esperanza de Israel por la Venida del Señor - ¡Adonai Elohim!
También escucho, otra vez, la voz de aquella criatura – aún de regazo – levantado el dedito y apuntando al auditorio, en un emocionado y sentido pronunciamiento, mientras el Pastor predicaba fuertemente sobre los Juicios de Dios para este tiempo: “… Sí, el Pastor está muy bravo, pero no es con los pequeños, es con los grandes…”, decía. (Peniel Sede – B.Hte, MG).
Esos clamores acontecen en todo el mundo. Las naciones gimen delante del peso de la hora. Las Iglesias se derriten, perdidas en teorías humanas y prácticas paganas abominables dentro y fuera de los templos… los líderes de contaminan descaradamente frente a frente con el pueblo, con Dios y los medios de comunicación… los altares contaminados, los vasos y piezas sagradas de la Casa del Señor contaminadas por la iniquidad de sus sacerdotes, ministrantes y ejecutores de la celebración… “¡Hay muerte en la vasija!” (2Rs 4.40-41); Israel perdía la batalla porque “Había una capa Babilónica escondida en la tienda de Acán…” (Js 7.20-21).
Como ayer en Sodoma y Gomorra (Gn 18.18-21); como en los días de Noé, las Voces de algunos Profetas retumban – ridiculizados en los medios de comunicación – ¡mientras otros lloran entre el alpendre y el altar! (Joel 2.17)
“Y será que, DESPUÉS, DERRAMARÉ MI ESPÍRITU SOBRE TODA CARNE.”
LA HORA LLEGÓ. LOS CIELOS ANUNCIAN. Las grandes señales se esparcen por todo el mundo. El Día del Señor llegó. Habrá gran despertar… el Espíritu Santo será, y ya está siendo derramado, sobre la Tierra. Vea las señales, escuche los sonidos de los cielos y en la boca de los niños. Pare, es tiempo de quebrantamiento y rendición mientras Raquel llora por sus hijos, porque le falta fuerzas para concebirlos…
“DERRAMARÉ MI ESPÍRITU SOBRE TODA CARNE…” ¡El Fin viene!
Pr. Reuel Pereira Feitosa
Pastor Presidente de la Obra Peniel
Belo Horizonte, MG - Brasil
Traducción: Pr. Armando Mayta Capiona.