¡QUEBRANDO LOS YUGOS!
“… y el día oscurecerá,
cuando Yo quebraré los yugos…”
(Ezequiel 30.18)
Pesados yugos pesan sobre la humanidad. El sufrimiento se manifiesta de múltiples formas, afligiendo los pueblos.
Pero el Señor está hablando a Su pueblo, al amado pueblo de Israel, llamado por Él y preparado para esta hora.
Es tiempo de posicionamiento delante del Señor. Tiempo de guerra y de juzgamiento, porque el Día del Señor está próximo.
Busquemos al Señor de todo nuestro corazón, de toda nuestra alma, porque eso es más que un mandamiento, es una promesa de vida Eterna (Mc 12.29).
“Adoradlo en la belleza de su santidad, dad al Señor la gloria debida a Su Nombre” (Sl 29.2).
“Cantad al Señor un cantico nuevo, todos los moradores de la Tierra, anunciad Su salvación de día en día” (Sl 96.1-2).
La oscuridad de Babilonia se amplía día a día; sus desamores, malignidad, injusticias y revueltas contra el Dios Todo Poderoso. Su odio es contra el Señor Dios, Creador de los cielos y la Tierra (Sl 14.1).
Pero los orgullosos y arrogancias de los hombres serán deshechos, y toda clase de plagas, armas e indignidades se desharán…
La salida de Israel de la esclavitud de Egipto proclamaba la gloria del Mesías que vendría. Las calles de Jerusalén tremieron, el sol oscureció, truenos y relámpagos explotaron en el Cielo, sacudiendo los callejones de la ciudad. Sepulcros se abrieron. ¡Y en desespero, el pueblo golpeaba el pecho, en un profundo clamor y arrepentimiento, reconociendo ser Jesús el Hijo de Dios!
Estamos a las puertas de ese nuevo día de la Justicia, de los Juicios y de la Gloria del Señor. ¡En breve Él vendrá vestido de gloria, descendiendo de las Alturas!
¡La unción, el poder y la fuerza de su Venida rompiendo los cielos, al sonido de las trompetas y voz de los arcángeles, ángeles, y millares de hombres y mujeres redimidos por el Señor! (1 Ts 4.15).
“Los yugos que pesan sobre las naciones, la vara que les feria los hombros, y el cetro del opresor cesarán, como en el día de los madianitas” (Is 9.4).
¡El cielo oscurecerá, el sol no dará su luz, cuando el Señor quiebre los yugos que pesan sobre su pueblo!
Dios te bendiga.
Pr. Reuel Pereira Feitosa
Presidente de la Obra y Ministerio Peniel
Belo Horizonte, MG/Brasil.
Traducción: Pr. Armando Mayta Capiona.