«Pasa a Macedonia y ayúdanos!»
(Hechos 16.9)
De repente, un domingo por la mañana, surge un grupo diferente entrando
Puerta adentro, descendiendo por el corredor central y lado derecho del templo.
Venían determinadamente. Se sentaron y aguardaron un poco,
hasta que yo convidase al Misionero Elías Ramos al púlpito.
Saludó a la Iglesia y presentó a los hermanos. Enseguida, dijo:
“Aquí está una embajada boliviana. Vinimos de Santa Cruz de la Sierra
y necesitamos de ustedes. Buscamos la orientación divina y
Él nos encaminó hasta aquí, como ya hablé con el Pastor. Nuestros hijos están
muriendo destrozados por las drogas. Y sabemos que no hay esperanza fuera
del poder de Dios. Soy misionero de las Asambleas de Dios en Bolivia y
trabajo en el país hace catorce años. Soy testimonio de la desgracia que
viene destruyendo la juventud boliviana.
Estamos aquí para hacer un apelo:
Pasen a Macedonia, y ayúdanos”.
La Iglesia irrumpió en palmas. También había muchas lágrimas.
El Espíritu Santo movía el corazón del pueblo.
Cada miembro de la Iglesia decía “sí” al Espíritu Santo en aquel momento.
El mes siguiente estaba yo de viaje para Bolivia. A sondar la tierra, conocer,
evaluar el campo y establecer las condiciones para el envío de una pareja
de misioneros para la implantación de nuestro primer trabajo fuera del Brasil.
Bolivia se había convertido en el mayor productor de cocaína.
Nacida naturalmente o cultivada en diferentes regiones del país,
pero principalmente el El Chapare.
Montero era conocida como la “ciudad blanca”, por causa del “polvo”.
Eso generaba una clase privilegiada mientras el pueblo vivía en la miseria.
Por las calles de Santa Cruz de La Sierra se podía observar bandos de drogados.
Jóvenes moradores de los grandes tubos de alcantarillas,
por donde fluían detritos de los habitantes de la ciudad.
El día 12 de enero de 1986, desembarcábamos del tren, alrededor de las
cuatro horas de la tarde, en Santa Cruz de La Sierra. ¡Estaba iniciada una nueva
y maravillosa fase de aprendizaje, experiencias gloriosas y la
más retumbante de las victorias alcanzadas en el campo misionero!
Hoy llegamos a los 30 años de victoria del Espíritu Santo en el país.
¡Viva la Misión Peniel Bolivia, nuestro primer Trabajo Misionero!
Pr. Reuel Pereira Feitosa
In.: Cara a Cara - Vol 1. B.Hte, 2007. Págs 181 a 183
Traducción: Pr. Armando Mayta Capiona