“… y volvió y la hizo otra vasija, según le pareció mejor hacerla…” (Jeremías 18.4b)

Él estaba haciendo otra vasija. El primero ya no servía. Agotado por el uso, debilitado por el manoseo, el Alfarero decidió por hacer de nuevo.

Él estaba interesado en una vasija nueva.

Dios usa todas sus vasijas. Y ciertamente Él los ama profundamente. Él los guarda. Preserva. Mantiene en la casa, valiéndose de cada uno dentro de su utilidad y función.

Pero un día, nace un plan. De lo más profundo del corazón de Dios. Entonces, Él permite que su querida vasija se rompa… las rajaduras se abran, el sonido congestionado del barro deshaciéndose, los pedazos cayendo y las partículas dispersándose sobre la mesa.

El corazón del Alfarero siente. Duele muy dentro.

Pero una cosa lo anima: “conozco ese material. Lo usé tantos años. Su textura, fuerza natural y la capacidad de someterse completamente, desempeñando contentamente misiones difíciles. Voy a usarlo más. Voy a construir una vasija más grande y mejor”.

Dios habla así, y sonríe.

Esa nueva vasija que Él está haciendo ahora ya está formado en su mente. Elaborado en cada uno de sus detalles, forma, volumen, altura, espesura de la masa, resistencia y tensión.

Él también ya tiene en mente las vueltas de cada línea y las expresiones del diseño. Pero, principalmente, la utilización.

Él conoce la materia. Simplemente barro; pero propiedad Suya.

A veces, Dios quiebra las vasijas que tiene para hacer otros mejores. Él toma en las manos lo que restó. Transforma y usa los pedazos que sobraron.

El Espíritu Santo entra dentro de esa obra. Se inmiscuye en la intimidad de cada molécula. Y llega a un momento que tanto Él se mezcal que no se puede más separar una cosa de la otra.

La vida del Espíritu es la vida del barro; el barro es indispensable a la acción del Espíritu.

Así, cuando una vasija querida, preciosa y especial, comienza a experimentar la fatiga natural, el Señor lo quiebra en sus manos y hace de nuevo Su obra…

 “Y descendí a casa del alfarero, y he aquí que él trabajaba sobre la rueda.” (Jr 18.3  BKJ)

Pase ese dolor. Enfrente esa lucha. De la manera que estaba, si continuase, usted se volvería un ser inútil. Usted se acabaría – y hasta moriría.

-          “De la vasija antigua que usted era, ahora estoy haciendo una nueva vasija – porque yo te amo”, dice Él.

Dios está tornando usted otro vaso.

Dios te bendiga.

Pr. Reuel Pereira Feitosa

Traducción: Pr. Armando M. Capiona

MISIONES GLOBALES PENIEL

¡COM LAS MALETAS LISTAS!

Nuestros queridos misioneros MAIKEL, KARINA  y sus hijas ABENE LAURA e ANA  BEATRIZ tienen las maletas listas para retornar al Campo Misionero. Durante el tiempo que pasaron entre nosotros  trajeron muchas alegrías, aliento y grandes desafíos a la Obra Misionera. Agradecemos a Dios por la vida de la preciosa pareja y el gran ministerio que han realizado. Que el Señor de la Gloria los acompañe en esta nueva etapa de trabajo en Guiné-Bissau, África. El vuelo saldrá día 29 de abril, a las 16h54, del Aeropuerto de Confins. Vamos despedirlos en la bendición del Señor.

MOZAMBIQUE Y MALAWI

“Son muchas las bendiciones recibidas…”

Peniel en MOZAMBIQUE y MALAWI avanza victoriosa. Nuevas personas convirtiéndose y los hermanos trabajando con empeño y alegría a favor de la Obra de Dios. Es continuo el crecimiento y la madurez espiritual de los hermanos. Dios ha establecido un fuerte Base Misionera Peniel en África Oriental.

Alabemos al Señor por las bendiciones y estrategias que Él ha concedido a Su Obra en la región. Que Peniel Mozambique y Malawi continúen alcanzando vidas, en cumplimiento a la orden de Jesús en Mateo 28.19-20: “Id por todo el mundo…”

EN  NEW  YORK...

El pueblo de Dios está feliz. Grandes son las bendiciones derramadas sobre la Iglesia. El Señor ha dado fuerzas y renovado Su pueblo. Los desafíos y batallas continúan… hacen parte de la hora y contexto del mundo en que vivimos. Pero el Espíritu Santo es el Líder  Soberano de Su Obra; Él concede victoria a Su pueblo. ¡Aleluya! Prosigamos orando por la Obra del Señor en New York y en toda la Tierra. Somos una Iglesia Misionera.

“...  Y SEREIS MIS TESTIGOS” -  Hechos 1.8

Peniel se propone a buscar al ser humano en los más profundos desvíos, provocados por el pecado, y traer tales criaturas a una nueva vida y experiencia con Dios.

Esa es la razón de ser Peniel. Es “ser para lucha”. Para ser Peniel es necesario volverse guerrero de Dios. Peniel es lucha, con Dios y con los hombres.

Peniel procura ser testigo. Y eso lo hace por orden de Dios. Cuando nacemos, los profetas dijeron: “Esta obra atravesará mares y océanos y alcanzará toda la Tierra!” Es nuestra vocación. (...)

Hoy la estamos llevando a todo Brasil y a otras partes del mundo. Porque esa fue, y continua siendo, la orden de Dios.

Para cumplir tan grande misión, sólo nos resta un medio: vivir, movernos y sumergirnos completamente en el Espíritu Santo.

Pr. Reuel Pereira

INGRESE A NUESTRO SITE:

www.ministeriopeniel.com.br

Consulte,  disfrute  y recomiende.  Y ore  por este ministerio.