“Bendeciré al Señor en todo tiempo…”                                                                              

(Salmos 34.1)

Es tiempo de agradecer. Dios simplemente llegó primero, se anticipó, y abrió un camino nuevo. ¡Sólo usted sabe cuánto eso ha sido bueno!

Es tiempo de agradecer por todo. ¡Muchas de las cosas por las cuales usted luchó pasaron, y otras que usted ni siquiera imaginaba, surgieron de repente y cambiaron todo!

Actitudes acontecidas y pensadas de una forma produjeron efectos sorprendentes. ¡Y qué frutos maravillosos! Usted vio que el Señor conduce su vida más de lo que usted tiene noción.

¡Agradezca por lo que usted no vio, por lo que no sabe, y por que jamás sabrá! Y hasta por que olvidó. El Señor nos guarda de ciertas situaciones inusitadas. Él nos conoce.

Cuantas veces Dios lo libró de accidentes graves, de la muerte, o de una amistad destructiva. ¡Y cómo usted reencontró personas que hace tanto tiempo no veía, amistades rehechas y un reencuentro con la vida! ¡Y cómo usted quedó tan radiante en perdonar!

¡Agradezca por ser feliz! Usted tiene un Dios y una esperanza eternos. Usted disfruta de la bendición permanente del amor del Padre, de la presencia de Jesucristo y de la fuerza consoladora del Espíritu Santo!

Agradezca por su familia, mismo en las contradicciones y bendiciones del día a día; usted tiene personas, gente que usted ama – y “¡todo es posible para el que cree!”

Sea agradecido por su Iglesia, el “cayado del pastor”, la curiosidad de los hermanos y la Santa Comunión del Espíritu; ¡usted nunca está solito!

El país donde usted nació, y vive, con todas sus virtudes y defectos - ¡hay motivos renovados de oraciones!

¡Gracias a Dios por Su Palabra que nos da sabiduría, discernimiento y nos muestra el secreto de estar aquí!

Y, si usted perdió todo, entes queridos, salud, bienes y propósito de vida, crea, confíe y sea paciente, Él derramará del Espíritu Consolador sobre usted - ¡Y dará más que el doble de vuelta!

Agradezca, ¡porque usted puede dar ahora un nuevo paso de fe!

“Goteará como la lluvia mi enseñanza; Destilará como el rocío mi razonamiento; Como la llovizna sobre la grama, Y como las gotas sobre la hierba” (Deuteronomio 32.2).

“Enséñanos de tal modo a contar nuestros días, Que traigamos al corazón sabiduría.” (Salmo 90.12).

Por cuanto en mí ha puesto su amor, yo también lo libraré; Le pondré en alto, por cuanto ha conocido mi nombre. Me invocará, y yo le responderé; Con él estaré yo en la angustia Lo libraré y le glorificaré. (Salmo 91.14-15).

Agradezca a Dios por el año que acaba, y las bendiciones que ya están llegando al nacer del sol.

  Pr. Reuel Pereira Feitosa

Traducción: Pr. Armando M. Capiona

MISIONES GLOBALES PENIEL

SOY GRATO A USTEDES...

Soy pastor aquí hace tanto tiempo, tuve ese privilegio desde el primer día, y hasta antes, junto con un grupo de dedicados hermanos y un puñado de hippies… ha sido una dura jornada, pero tremendamente bendecida.

Muchas gracias por haber mantenido esa fidelidad aquí hace tanto tiempo; por aceptarme, comprenderme y perdonarme tantas veces.

Ustedes hicieron ese maravilloso Ministerio Peniel Global, fueron fieles a Dios y han cumplido su misión. Tengo mucho orgullo de eso. Y agradezco una vez más por ese inmenso privilegio.

Muchas gracias Peniel Sede, y a todos los otros ramos de esa inmenso Árbol de la Vida aquí nascida un día, hoy dispersados por el mundo. “SALDRA una vara del tronco de Isaí, y un vástago retoñará de sus raíces. Y reposará sobre él el Espíritu de Jehová” (Isaías 11.1).

La Obra es de Dios – ¡cara a cara, ojo en el ojo!

El Espíritu del Señor está aquí.

Dios bendiga nuestros hermanos en todos los Continentes, pastores, evangelistas, misioneros, maestros, profetas y recuperandos, estudiantes y tantos preciosos hermanos que aman y apoyan la Obra Peniel.

¡Un Nuevo Año de bendiciones!

                                   Pr. Reuel Pereira Feitosa

Presidente do Ministerio Peniel