Ah, Espíritu Santo,
Cuando te conocí ni siquiera sabía Tu Nombre,
De donde venías o para donde ibas.
Sólo había oído hablar de Ti, algunas veces.
La descubierta era inmensa, asustadora, y completamente nueva
Para el joven que yo era.
Jamás pensé que hubiese Alguien así, igual a Ti.
Poco a poco Te fui conociendo a la medida que el tiempo pasaba
¡Y cuantas sorpresas me reservaste!
¡Descubrí cuánto me amabas,
Cubriéndome de atenciones, cuidad ...